lunes, marzo 9

Velocidad limitada por obras

Estimados amigos, merodeadores todos: un insidioso achuchón de trabajo me mantiene apartado de lo realmente importante. No, no estoy hablando de follar, sino de actualizar periódicamente este vuestro blog. No obstante, creo que de aquí a una semana me liberaré de las cadenas que me atan al duro banco del galeote y regresaré a Babel cual moderno Ben Hur dispuesto a llamar papá a Quinto Arrio, pilotar cuadrigas y darle matarile a Messala. Y si os parece forzada esta imagen, esperad a ver las que os depara el futuro.

En cualquier caso, y para distraernos durante la espera, a partir de hoy incluiré una entrada de El Coleccionista de Frases cada día (ya tenéis una en el post anterior). Puede que esto os decepcione un poco –porque es más sencillo rebatir las opiniones de un capullo como yo que las de notorios pensadores-, así que no olvidéis que el relato ultracorto es a la ficción lo que las frases al ensayo. Además, coleccionar frases brillantes es el mejor disfraz para simular que uno es culto.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

escribir con prisas... uno puede escribir bajo la presión de la urgencia un artículo periodístico (probablemente no haya otra forma de hacerlo), un copy para un anuncio (con seguridad no existe otra forma de hacerlo), una crónica, una columna de opinión,... muchas piezas dentro del ejercicio profesional de escribiente cabe hacerlas teniendo un tiempo límite para su conclusión, pero, ¿también una novela? ¿dónde queda el arte cuando por cuestiones puramente comerciales hay que acelerar el proceso de creación? ¿se puede conseguir los mismos resultados en la obra resultante, introduciendo el catalizador del dinero, que cuando la inspiración fluye exclusivamente por el empuje de su peso sin que nada la empuje? ¿acaso pueden surgir obras maestras cuando se busca afanosamente el final en una fecha convenida?
Si sabes quién te ha escrito esto te invito a unas gambas (esta propuesta tiene trampa, pues si no lo sabes, jamás tendré que pagarlas. Anda que no soy listo)

Anónimo dijo...

Bueno, espero que pronto vuelvas a poner tus comentarios en Babel. Mientras tanto, ¡a leer las frases! Besos ^^

Anónimo dijo...

Propongo una idea a los "contertulios": Corresponder a cada frase que cuelgue César con otra que conozcamos y nos guste. Sin importar que guarde o no relación con la original.
Predicando con el ejemplo:
"Nunca hay que hacer caso de las afirmaciones tajantes, incluida ésta"

César dijo...

Anónimo: no soy un artista, sino un artesano y, desde luego, ni soy el primero ni seré el último en padecer la tiranía de las fechas de entrega.

En cuanto a tu identidad, teniendo en cuenta lo florido de tu verbo, debes de ser Samael. En cuanto a las gambas, hijo mío sólo puedo ganar, porque el que se las juega eres tú, no yo.

Luis Manuel Ruiz dijo...

Querido César, esperamos noticias de ti con ansiedad. Mientras tanto, sean bienvenidos esos aperitivos de grandes pensadores, casi tan suculentos como las gambas. Saludos mil.

Anónimo dijo...

vaaaaaale, te invitaré a unas gaaaaaambas.
Por cierto, entre las cosas que se pueden escribir con prisas se me olvidó incluir escribir comentarios en tu blog. De hecho, en el mío hay una imperdonable repetición (Ouch).

frase:
en un mundo donde no existe la justicia, es peligroso tener razón.
Quevedo.